15 de enero de 2015

Las razones del corazón (2011 - Arturo Ripstein)

Guionada por Paz Alicia Garciadiego [Genia. Diosa total]
Una versión libre de Madame Bovary. Muy libre y muy interesante. Pero MUY.
[Recuerdo que en la suerte de conferencia que dio cuando se estrenó aca en el Cultural San Martin dijo, entre otras cosas geniales - tanto como ella-,  que no le interesaba volver a leer la novela, que para ella, las adaptaciones se nutrían de lo que el libro guardado en la biblioteca le había dejado alguna vez y que a partir de esos recuerdos construía los guiones]

La película te transporta, te eleva, te atrapa, te caga a trompadas a través de unos diálogos increíbles [y terribles]. Logros de una dupla que, personalmente, me tiene enamorada.

Melodrama irrespirable, miserias humanas, encierros (internos y externos,  mentales y corpóreos), el vacío, la mediocridad insufrible y la búsqueda de algo más, la soledad atroz, la incomprensión de los otros y de sí misma llevan a la protagonista a una carrera contrareloj de la propia desolación, al cuestionamiento destructivo de todos sus roles (madre, hija, mujer, amante).

Un espacio único y sus recovecos (un edificio, sus pasillos, su terraza, sus habitaciones) plasmados por una cámara que la persigue, como algo más que asfixia, que acrecienta la falta de aire en su tratamiento en blanco y negro.
Hermoso. Apabullante.

Todo lo que es Emilia (esta Emma mexicana de nuestros días, una genial Arcelia Ramírez) se construye como una extensión de alguien más (su marido, su amante, su hija, su madre), escapando, tratando de hacerse a sí misma en medio de un caos identitario que parece reducirse a una nada abismal y en ese hacerse se va desintegrando.
Paso a paso, toma a toma, espacio a espacio, voz a voz.


Le cabe un 9 [y un imperativo: véanla]


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