Estuve
reacia a esta película durante un largo tiempo, finalmente decidí que no podía
tener tanta aversión a algo que no había visto y ni siquiera sabía de qué
se trataba. El único dato que tenía eran los putos 12 años de filmación.
Tampoco
sabía de su duración.
Si
lo hubiera sabido, tal vez, tal vez hubiera seguido ensimismada en mi decisión
de no verla.
Terminé
de verla y me sentí estafada.
De
verdad.
No
es que sea una película mala pero no creo que sea “la mejor película del año”.
Me
parece que se exageró un poco. Bastante.
Ni
siquiera considero que llegue a la categoría de “muy buena”.
Está
bien. Y punto.
Patricia
Arquette es lo mejor de esta película junto a Ethan Hawke.
Extraordinarios
ambos.
La
selección musical es increíble.
Tiene
algunos diálogos bellísimos.
Y
la película se agota ahí porque lo que pasa es nada.
La
nada misma en cómodas cuotas. Eternas.
Aburre
[o al menos yo me aburrí].
¿La
vida misma? Basta. No es un documental, es una película. Ficción gente, ficción.
Casi
tres horas de un pibito rubio común y corriente con padres separados que crece,
la maduración del pibe mostrada a partir de una sucesión fragmentos de esos momentos x de la vida, de cada año que
va pasando. Y vos reconstruís como más te guste (queda a libre interpretación
en algún punto) lo que pasó en el medio, eso que no te cuentan ni te refieren.
Película
inocente.
Un
micro bullying ridículo, algunas escenas cursis, algunas innecesarias, algunos
planos hermosos (Mason mirando el cadáver de un pájaro), demasiado larga
[demasiado].
Le
cabe un 7. [6]*
* Reflexión: no puede tener más nota que la de Franco.
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